IFAB. Circular nº 8

131 asamblea general anual
modificaciones en las Reglas de Juego 2017/18 y otras decisiones importantes

La asamblea general anual (AGA) número 130 del International Football Association Board (el IFAB) tuvo lugar en Londres el 3 de marzo de 2017. A continuación se indican las modificaciones en las Reglas de Juego que se aprobaron en esta reunión, así como otras decisiones importantes que se tomaron.

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TENEMOS UN LARGO CAMINO QUE RECORRER

En su Circular nº 8 de fecha 28 de marzo pasado, la IFAB informa a las asociaciones nacionales de fútbol y confederaciones las modificaciones de las Reglas de Juego 2017/18 y otras decisiones importantes. En el punto tercero de dicha Circular, la IFAB comenta su estrategia para el periodo 2017 a 2022 la cual está basada en tres pilares: Juego justo y deportivo e integridad; Universalidad e inclusión; y, Tecnología.
En lo que se refiere al Juego justo y deportivo e integridad, la estrategia consiste en el “fomento de estos valores mediante la iniciativa ‘juega limpio’, especialmente en el terreno de juego”.
Es comprensible y loable que la IFAB promueva el juego limpio, siendo además un concepto que habitualmente encontramos en las declaraciones públicas de directivos, técnicos y jugadores de fútbol. Sin embargo, lo cierto es que en demasiadas ocasiones vemos que no es precisamente el espíritu deportivo el más presente en el fútbol, con muchos ejemplos de simulaciones por parte de los jugadores, presiones por parte de directivos y técnicos, o las reclamaciones solicitando sanciones disciplinarias para los adversarios.
Conseguir que cambie la actitud y que impere el juego limpio y deportivo debe empezar desde el fútbol base, inculcando este espíritu en los niños desde su primer contacto con el fútbol. Lamentablemente, lo que vemos cada fin de semana es lo contrario y como muestra voy a mencionar dos situaciones que presencie recientemente en un partido de categoría cadete:
El resultado era de dos a uno y, desde el inicio de la segunda parte, el entrenador del equipo que iba ganando le hacía gestos a su portero de que ralentizara los saques para perder tiempo. El caso es que, cada vez que el balón llegaba a poder del portero, aunque hubiera sido un tiro lejano y no hubiera ningún jugador adversario en la zona, el portero sistemáticamente agarraba el balón con ambos brazos y se tiraba al suelo, aguantaba unos segundos y después se levantaba con calma, caminaba hasta el borde del área de penalti y efectuaba el saque. En realidad, la situación resultaba bastante ridícula, ya que era evidente su intención de perder tiempo sin ningún tipo de disimulo. Desafortunadamente para su equipo, en uno de los saques se entretuvo demasiado, muchísimo más de los seis segundos que permite el reglamento y, de forma acertada, el árbitro señaló la infracción y castigó a su equipo con un tiro libre indirecto dentro de su área de penalti. A raíz del lanzamiento de la falta, el equipo adversario consiguió el gol del empate, ante las protestas del entrenador que, por su actitud antideportiva, había dado instrucciones al portero de que actuara de aquella manera.
En el mismo partido, se produjo un ataque del equipo adversario en el que un jugador entró por el lateral del área de penalti con el balón controlado, dribló a un adversario que, al intentar quitarle el balón le golpeó levemente en la bota, sin llegar a molestar su avance, y continuó hacia el portero, disparando al lateral de la red. Terminada la jugada, desde mi ubicación detrás de los banquillos pude oír como el entrenador se dirigía al atacante en estos términos: “Jaime, en cuanto te toquen, gritas “Ah” y te tiras, para que piten penalti…”
Son dos simples ejemplos, en el mismo partido uno por parte de cada entrenador, que sirven para dejar claro el larguísimo trabajo que tenemos por delante si, como fomenta la IFAB, queremos que el “juego limpio y deportivo” esté presente en nuestros campos de fútbol.

Carlos A. Bacigalupe
Abril 2017